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En el siglo XXI, el arte se ha convertido en un asunto extraño. La llegada de Internet, la difusión de las nuevas tecnologías y el auge de las redes sociales han distorsionado nuestro universo visual hasta la furia de los gifs animados, los retoques de Photoshop y las prácticas apropiacionistas de todo tipo y grado. Trolls, youtubers e instagramers nos están legando un conjunto de prácticas y estéticas que recuerdan los preceptos de las vanguardias históricas, alegremente distorsionados en clave desinhibida.¿Cómo ha respondido a semejante contrapaso el arte que encontramos en museos y galerías?Y ¿qué pasaría si, en el futuro, los libros detexto de historia del arte no recogieran lasobras de algún artista del siglo xix, sino los memes de usuarios anónimos que se esconden tras seudónimos inverosímiles?En este libro, el primero que intenta trazar una cartografía exhaustiva de la relación entre las artes visuales y las culturas digitales a partir de la década de 2000, Valentina Tanni recorre el camino que nos ha llevado de Marcel Duchamp a TikTok , esbozando los contornos de uno de los senderos más fascinantes e inquietantes de la actualidad.